El sábado bajaba el Chimborazo desde el segundo refugio a 4800 m. Nos desviamos de la ruta para ir a visitar el "Cuartel de los incas" a 3673 m. Una explanada con algunas piedras que por lo visto sería un tambo inca, es decir, una fonda o parada para los chasquis, mensajeros, incas. Unos perros salieron entre el pajonal a ladrarnos. Eran los perros de tres pastoras kichwas que cuidaban sus ovejas. Se partían de risa al vernos, todos esforzados vestidos de licra y colores fosforitos, en medio de la nada.
Una de ellas me dijo "Hagámonos un selfie" con una entonación muy aniñada, muy pija. Se partían de risa. Entre ellas hablaban kichwa. Me saqué el selfie. Les pregunté que si tenían ovejas o cabras. Ovejas me dijeron. De repente me di cuenta que mi madre también había tenido que llevar a las ovejas a apacentar al monte como estaban haciendo esas niñas.
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