martes, 13 de diciembre de 2022

La legitimación fabricada

Voy a hablar de como se fabrica la legitimación. Pongo un ejemplo. Eres una persona que te has criado en un barrio, has estudiado en colegios públicos. Tus amigos y familia son básicamente como tu. De repente, por necesidades de trabajo, entras a trabajar en un colegio de una secta religiosa, digamos Opus Dei. En un principio sientes que no encajas ni perteneces a esa gente y a esos valores, pero no te puedes ir porque te pagan un dinero que necesitas. Poco a poco vas aprendiendo a "pertenecer", a arroparte con los códigos de aquellos que te rodean, a optimizar tu tiempo en esa institución para no ser penalizado. Descubres que hay cosas que te favorecen y otras que no y sin querer vas adecuando tus acciones para no verte perjudicado. Igual que la inteligencia artificial puede aprender a jugar a un juego de ordenador, tu aprendes las reglas del juego. Hay un punto que todavía no hace la inteligencia artificial y es cuando las personas tenemos que demostrar que somos legítimas para pertenecer a un grupo. Si no pertenecemos de cuna a ese grupo tenemos que fabricarnos la historia que nos legitima para pertenecer a ese grupo.

En el texto que sigue a continuación voy a manejar varios conceptos y a unirlos para explicarme. La vida media de una institución, una orden religiosa, una secta, el ejército, una corporación, es bastante mayor que la de una persona. Los valores sociales que conforman la moral compartida por todos lo es también. Por ejemplo, si en una terraza un niño se levanta y le mete una hostia a la abuela, todo el mundo que ve esa acción, la va a considerar algo deplorable, en 2022, en 1922, en 1822... y apuesto que en el 2122 y en el 2222. Para Sigmund Freud, el superyó es la instancia moral, enjuiciadora de la actividad de la persona. El superyó constituye básicamente la internalización de las normas, reglas y prohibiciones parentales. La vida media del superyó es mucho más grande que la de los individuos. Obviamente, necesita de los individuos, de las personas, para transmitirse de una generación a otra. 

Aquí viene ahora la idea de Hegel desarrollada en su libro "Fenomenología del espíritu": la educación de los niños y los jóvenes  es una relación desigual frente a los padres y los maestros. El alumno, lo mismo que un "esclavo" crece bajo las reglas, ideas y formas de ver el mundo que el padre o el docente "amo" le muestra. Es inevitable. Este proceso es por el cual el superyó se inocula en el yo, el individuo consciente. El superyó necesita transmitirse y se transmite de esta manera. Aprovechándose de la necesidad que los niños tuvimos, tienen y tendrán de adquirir conocimientos que les permitan desarrollarse en sociedad. 

Cuando necesitamos adquirir valores nuevos cuando somos mayores debemos fabricarnos nuestra legitimación. No solo abrazar esos nuevos valores, pasando por un periodo de prueba en donde volvemos a ser alumnos y a marchas forzadas primero comprendemos el funcionamiento de la nueva institución y posteriormente pasamos a automatizar nuestras respuestas. Habrá un momento en el que se nos exija que demostremos que somos legítimos para ocupar ese lugar.

He escrito bastante sobre el pícaro clásico, el pícaro español de las novelas "El lazarillo de Tormes" o "El buscón" de Quevedo. El pícaro es alguien que es capaz de de llegar a mimetizarse en un lugar al que no pertenece. Gracias a su astucia consigue llegar a lo más alto. Este tipo de personajes están retratados en la película "Barry Lindon" de Kubrick o "Yo que serví al Rey de Inglaterra" película checa basada en la novela homónima de Bohumil Hrabal. Hay siempre un momento en que el éxito del pícaro se ve truncado porque es descubierto: no es uno de los nuestros. El pícaro siempre tiene difícil lograr construir esa legitimidad. 

El mito fundacional de Israel: la historia fabricada

Es interesante leer sobre cómo se fabricó la historia de Israel. Lo es por el ímpetu y la dedicación que unas tribus de pastores le dedicaron a la idea de legitimar su derecho sobre otras tribus. Para lograr la legitimación debieron dominar, o dicho de otra forma, para poder dominar debieron primero sentirse legítimos.

La relación de dominación que establecen con el resto va desde la explotación salvaje a el filantropismo más altruísta. Lo importante es que se mantenga un "yo arriba y tu abajo". Básicamente hay tres maneras en las que nos relacionamos con los otros: de igual a igual, de manera subalterna o desde la dominancia. 

Abres una página de un periódico y te encuentras con nombres... si haces una búsqueda en wikipedia en inglés te darás cuenta de que muchos de ellos, a veces la mitad de los nombres que aparecen, son de personas judías: Sam Bankman-Fried, Albert-Kahn o Douglas Rushkoff. Una manera de identificar a un intelectual de esta religión es el "Baja Modesto que subo yo". Constantemente ven rodeada su obra de adjetivos grandilocuentes. No solo es que se los digan, sino que tienen una manera de exponerse públicamente que favorecen que los demás los aplaudan y reconozcan de esta manera exagerada. 

Figura 1. Douglas Rushkoff se siente como "una dominatriz intelectual"

Los relatos de dominación deben ser excluyentes

Por este motivo, cuando intentas convencer que tu grupo racial es el escogido, como es el caso de los nazis, hay cierta lógica perversa en querer desacreditar a otro grupo que reconoces que como dominante desafía a tu propia dominancia. 

The Wild Project #112 ft David Saavedra (Ex-nazi) | Cómo se radicalizó y cómo salió, Vivir amenazado

El ex-nazi David Saavedra relata la primera vez que sintió dudas sobre su nazismo y lo duro que fue

El nazismo, ahora mismo que ya no existe el Tercer Reich, es un fenómeno curioso. Son movimientos sectarios aglutinados por el odio, por la sensación de persecución y los delirios de poder. Los judíos son ultramalos porque son poderosos, están en la sombra, su "triunfo a expensas de los demás" te conduce a una lucha contra el mal, en un abanderado de lo sano frente a lo retorcido y enfermo. Las ideas paranoicas de Hitler de hace 80 años, que sirvieron para derrocar la República de Weimar y hacerse con el poder, le son útiles hoy en día a varones blancos que luchan por encontrar legitimidad en un mundo que se la niega. Los movimientos nazis, como bien explica David Saavedra, ex nazi gallego, son sectas. Sectas que reproducen en su interior los 7 pasos básicos del control mental

Figura 2. Los gallegos, siempre intentando buscar su lugar en el mundo, un mundo que no les trata con el "respeto" debido crea biografías como las de David Saavedra.

La mayoría de las sectas juegan con esta confrontación entre su discurso dogmático, iluminado, y la realidad circundante que les niega sistemáticamente que ellos sean los elegidos, los iluminados. Se trata de una lucha por la legitimación. De esa pelea surge el aislamiento del grupo, el reforzamiento de los lazos entre los adeptos por la omnimosa sensación de estar amenazados y rodeados. Un mecanismo cerebral básico. 

La dominancia es una fantasía de legitimación. Las naciones siempre hacen referencia a esos caudillos que las llevaron a los más altos logros militares. La subalternidad también es otra fantasía de legitimación. Los judíos han utilizado la baza del esclavo para legitimarse. El sufrimiento como prueba de un destino superior. 

¿Por qué es tan importante la legitimación?

La legitimación sirve para crear un principio de realidad, de lograr que todos vean la realidad de una misma manera. De esa manera, se puede ejercer poder sobre los demás. La razón por la cual es importante la legitimación es porque le sirve al gobernante para convencer al pueblo de que obedececa las normas y las leyes.  Cuando la realidad es legítima entonces surgen individuos rectores y una masa de individuos que los obedecen.

Para tener poder debemos destruir la individualidad, la autonomía, la independencia de los que queremos dominar. Debemos de asegurar que los mecanismos de dominación perviven en el tiempo.

En la evolución de los seres vivos hay un momento en que las células empiezan a experimentar con sistemas individuales de varias células. El paso siguiente fue el control de esa masa de células por unas pocas. Esas pocas son las células que van a dejar descendencia y por tanto viabilidad en la línea de tiempo. La manera en que esto sucede es el resultado de la evolución, es decir, de cómo la selección natural permite que unos tipos dejen más descendencia que otros. La herencia de esos tipos va mejorando con el tiempo y esa mejora se ve reflejada en la información que portan en su ADN.

Una existencia finita le da importancia a la transmisión

Para la vida basada en carbono (VBC) el drama de la existencia es que es finita. Todos nos percibimos como contingentes. La manera de vivir es pasar a la siguiente generación. Es una manera de dar sentido a nuestras vidas, de legitimar nuestro egoismo, de que nuestra lucha diaria tenga sentido. Por eso, lo fundadores de órdenes religiosas redactan estatutos rígidos, para tener sensación de intemporalidad. ¿Qué sentido tiene que la orden mute y se vaya adaptando a los nuevos tiempos si se pierde el mensaje del fundador? por ese motivo, la mayoría de las órdenes monacales exitosas tiene un momento glorioso de expansión cuando los motivos por las que es fundaron les dieron una ventaja competitiva y comienza su declive porque aparecen nuevas órdenes más exitosas que las van relegando al olvido. No pueden cambiar y adaptarse porque deben de ser fieles a sus estatutos fundadores. 

Figura 3. Órdenes religiosas en América Latina. Antes de los cistercienses estuvieron los benedictinos, y posteriores a los dominicos los jesuítas, el Opus Dei.... Fuente

Lo que el ego de los fundadores de las órdenes religiosas no les permitió ver fue que en la variabilidad, en el sexo como mezcladora de genes, está el éxito de la vida: se producen más descendientes de los que finalmente van a tener la oportunidad de pasar su herencia a la siguiente generación. De esta manera, la VBC se optimiza frente a una realidad a veces cambiante. No podemos ser estáticos e inmóviles si queremos tener éxito a la hora de mantenernos en el tiempo. Debemos tener una cierta variabilidad y que gane el mejor. Para mantenernos en el tiempo debemos crear muchos individuos distintos. El coste será que muchos no logren tener éxito a la hora de estar presentes, aunque sea en un 50% en la próxima generación. 

Una estrategia ilusoria, pensar que mantener a los demás en un estatus de niño te convierte a ti en el cabeza de familia, en el individuo reproductor... Es una ilusión. El tiempo se lleva por delante al gurú de la secta, al fundador de la orden religiosa, al milmillonario transhumanista. Permanece en el tiempo, sin embargo, la estructura de poder fuertemente asociada a sus ritos y a sus símbolos.

Infantilizar es una estrategia de la relación amo-esclavo

Hegel en su "Fenomenología del espíritu" señala la necesidad de crecer a cargo de otra persona y cómo ello da lugar a una relación desigual en donde un "esclavo" crece bajo las reglas, ideas y formas de ver el mundo que el "amo" le muestra. Ejemplos de esta relación son padres-hijos, jefe-empleados, estado-población que lo integra. En esta relación amo-esclavo, la visión de uno prevalece sobre los otros, a veces el temor sostiene la relación o incluso se aprende a desplazar el deseo propio en beneficio del amo.

No todo es malo, según Hegel, en esta dialéctica amo-esclavo. Para el filósofo, la educación, la capacidad de tomar distancia de nuestros propios impulsos separa la conciencia humana de la conciencia animal. El animal es esclavo de sus necesidades, el ser humano puede en cambio contenerlas, en aras de un bien mayor o del bien común. Pero esto, sólo se aprende cuando se está bajo la tutela del amo.

Collodi, en su libro Pinocchio, se dió cuenta que la tutela del amo podría no ser beneficiosa cuando el amo utilizase su tutela para hacer al niño esclavo de sus necesidades. El turbocapitalismo y el big data están confabulados para mantener a los clientes enganchados a impulsos animales: consumir pornografía, alimentos ricos en calorías, probar sustancias adictivas... El conocimiento que tienen de nosotros es ya mucho mayor que el que los padres tienen de sus hijos, y nos van educando poco a poco "enseñándonos" qué desear, que curiosamente es lo que ellos tienen para vender. 

La economía del deseo, es lo que vendió el sobrino de Freud, Edward Bernays, en sus celebradas campañas de publicidad, entre las que se encuentra los "Torch of Freedom" con la que convenció a millones de mujeres americanas que fumar las hacía más libres y más iguales a los hombres. Obviamente, Bernays era una porquería de ser humano pero era rico. La riqueza es lo que te legitima en una sociedad basada en el dinero. En la anterior entrada "Ser estúpido está de moda", hablaba de Tokischa o como una persona sin talento puede llegar a lo más alto lo que tiene que vender hay millones que lo quieren comprar. Da igual lo que hagas, si te haces rico te legitimas. La legitimación de nuestra sociedad del consumo es tener dinero, capacidad de consumir. 

Sumisión a cambio de no perder el amor

Decía Sigmund Freud que el niño se somete a la autoridad porque es y se siente un ser frágil, débil. Tiene miedo de perder el amor de sus padres porque para él son la diferencia entre la vida y la muerte. En ese sentido, el adulto infantilizado de la sociedad consumista es un niño que siente que el dinero es para él la diferencia entre la vida y la muerte. El dinero sustituye al amor. De esto tratan las canciones de Tokischa, por eso lo que ella vende se compra. 

Freud recomendaba para tener un "yo fuerte" en su obra póstuma "Esquema del psicoanálisis" el liberarse de la dependencia económica de los padres para, al no depender de ellos, poder tener una capacidad de amar propia, es decir, sin buscar el ser amados por lo que hacemos o dejamos de hacer.

Si queremos tener un yo capaz de reconocer su propio deseo, para que así la relación con la realidad sea directa y no interpuesta por los deseos del otro debemos arriesgarnos a no ser amados. Es decir, para que el deseo, las decisiones, las ganas de hacer algo, el gusto por algo, volver a hacer algo que amabas, cambiar lo que no te gusta... debemos arriesgarnos a no ser amados, para así amar por uno mismo.

¿Podríamos vivir sin dinero? es una pregunta arriesgada, del mismo tenor que ¿Puedes vivir sin ser amado? Utilizando el esquema freudiano de ello/yo/superyo diríamos que el amor y el dinero configuran los valores, las leyes del superyo. Lo bueno de desarrollar un yo fuerte es que al contrastar el yo frente al superyo los límites, los condicionantes y la posición del individuo se vuelve activa y consciente, más capaz de interpretar la realidad. 

El dinero y el amor pueden ser fácilmente fantasías de dominación. Dominaciones buenas, dominaciones malas, dominaciones al fin y al cabo. Lo importante es el aspecto ético de las relaciones, si son relaciones entre iguales o relaciones jerárquicas. Dado que dependemos gran parte de nuestra vida de otros debemos de ser conscientes de la necesidad de independizarnos, de aprender a ser por nosotros mismos.

Cuando la legitimación se cuestiona

No se cuestiona cuando es de cuna o cuando el sistema es tan ubicuo y tan omnisciente como la realidad que genera el dinero. Si eres capaz de cuestionarte el sistema... debes de no entrar en conflicto con él. Es lo que propone el escritor alemán de entreguerras mundiales Ernst Jünger en su libro "La emboscadura". El emboscado es una persona que pertenece al sistema y aún así, en su interior, puede ser crítico. Para ello debe de protegerse con una serie de cortafuegos. Esta práctica le convierte en un emboscado. 
Fig. 4. Para Jünger el emboscado es aquel que es mentalmente independiente de la sociedad circundante.

En el caso de los pícaros, no cuestionan la legitimidad del sistema porque ansían pertenecer, dominarlos, aprovecharse de sus ventajas. El problema es que no son lo suficientemente inteligentes para poner en práctica estas técnicas del emboscado. Se creen que lo importante es internalizar conductas, optimizar reacciones. No son capaces de percibir que además de ser funcionales deben de fabricarse el derecho a pertenecer, el derecho a permanecer dentro de esa realidad. Deben construir su legitimidad: "aunque la mona se vista de seda mona se queda". 

Yo solo pienso en verde

Hay que ser muy estúpido para decir una frase tipo "yo solo pienso en verde", es decir, en función del dinero. La palabra estúpido viene del latín "stupidus" y este del verbo stupere 'quedar paralizado' o 'quedar aturdido'. Está relacionado con la palabra "estulticia". El poder del dinero como medio que genera realidad, derecho y por tanto legitimidad cada vez penetra de manera más profunda en las relaciones sociales de nuestra sociedad, y como no, va modificando la moral. Hablaba de Tokischa. La que hace unas décadas sería tildada de puta sin talento, hoy en día es una mujer empoderada exitosa gracias a que tiene un producto que los demás quieren comprar. Una heroína de nuestro tiempo. 

La exhibición grosera de riqueza de los raperos tiene un mensaje: luchamos por nuestra legitimación en este sistema de valores. ¿Es eso ser estúpido? por supuesto que no. Lo estúpido sería colocarse al margen, no optimizar los recursos y ser eliminado del sistema. La evolución artificial funciona igual que la natural: quien no tiene éxito no se reproduce y sus genes no están presentes en la próxima generación. Si reflexionamos sobre la etimología de estúpido: "el que queda paralizado", nos damos cuenta de que se paraliza la conciencia individual, la heterodoxia, el poder percibir que existe otra realidad posible. El que desea tener éxito elige ser un estúpido. En la película Matrix de las hermanas Wachowsky, Matrix es tan omnímodo, sin alternativa, que no necesitas legitimarte, pertenecer.
Fig. 5. En la película Matrix, Morfeo ofrece al protagonista Neo la posibilidad de elegir entre dos pastillas, la roja y la azul. La pastilla roja le permitirá ser consciente de la dolorosa realidad de Matrix. En cambio, la pastilla azul le mantendrá en un mundo de plácida fantasía.

Conclusión: cuando el sistema de realidad no es el único es cuando aparece el conflicto. Una realidad debe de prevalecer sobre las otras. Debe de tener más legitimidad. Son sistemas que no están preparados para la confrontación, para vivir en armonía con otros sistemas de realidad. Si piensas en verde exiges que todo el mundo piense de igual manera. Te exigen comulgar, ser totalmente adicto a ese sistema. Excluirte si no eres perfectamente estúpido es una manera de reforzar su legitimación.