Los pachachos de la tele ¡Qué divertidos chon los pachachos!
Los Payasos de la Tele, Gaby, Fofó, Miliki, eran famosos en los 70´s del siglo pasado. En el trío de payasos, Gaby representaba al payaso cara blanca, frente a sus hermanos Fofó y Miliki, augusto y contraugusto respectivamente. Asumía pues el papel del «listo» del grupo, que sin embargo siempre terminaba escaldado con las bromas de sus compañeros. Vestido siempre con impecable levita negra, su personaje adoptaba un aire serio mientras los otros se comportaban de una manera impulsiva, visceral... similar a la de los niños, y por supuesto, eran más divertidos. ¿Quién no amaba a Fofó? ¿Había alguien que dijese “a mi me gusta más Gaby”?
Fig. 1 En una
entrevista realizada hace unos pocos años, el payaso Fofito, hijo de Fofó,
contó una anécdota que tuvo como protagonistas a su padre y Francisco Franco.
Cuando al Generalísimo le informaron que se había producido un incendio en los
estudios de la Televisión Española, su primera reacción fue preguntar: “¿Le
pasó algo a Fofó?”. A quienes lo conocían no les extrañó la pregunta, porque
era sabido que el dictador era fanático de “Los payasos de la tele”. Fuente
El payaso augusto
lleva habitualmente la nariz roja, un maquillaje que combina con el negro, rojo
y blanco, con una peluca grotesca, ropa de colores brillantes, zapatos enormes,
y es totalmente impertinente y es el promotor de todo tipo de travesuras.
Desestabiliza al payaso blanco, desbaratando todas sus iniciativas. Con su
intervención, la catástrofe está asegurada. Se utiliza su persona para llevar a
cabo una actuación a través de un número en el que los accidentes están relacionados.
El payaso contraaugusto es un payaso torpe que no entiende nada, lo olvida todo
y cuyas acciones terminan siempre en un desastre.
Cuando se analiza
las maneras en las que los hombres ejercen el poder en un sistema patriarcal,
el análisis marxista es de mucha utilidad. Las mujeres son oprimidas y los hombres
opresores. James S. Scott, antropólogo, en su libro “Los dominados y el arte de
la resistencia” nos habla de cómo los dominados también pueden ejercer una
resistencia, que es una forma de castigo. Si utilizamos la analogía circense,
los hombres ejercerían un poder tipo cara blanca y las mujeres harían el papel
de augusto. Este esquema también funciona entre adultos y niños. Los adultos
serían los payasos cara blanca y los niños serían el augusto y contraaugusto. Este
esquema también funciona entre los científicos y los cuñados de bar.
El borracho en su taberna
Los que hemos hecho divulgación, antes o después, nos encontramos con el típico (normalmente es un hombre) que nos reta con sus creencias pseudocientíficas: "Pues yo creo que nos están fumigando desde los aviones" por ejemplo. Cuando mi padre era joven, hubo una polémica en nuestro pueblo, O Porriño, famosa: "¡Quen vai o choque!" quien va al choque, en gallego. Resulta que un coche había chocado contra un poste al lado de la carretera. Uno, sin que viniese a cuento, empezó a sostener que no, no el coche no había chocado contra el poste, sino que era el poste el que había chocado contra el coche. Al principio, a la gente le hacía gracia el empecinamiento del tipo. Al cabo de unos días ya habían varias personas que se habían convencido de esos argumentos: el coche llevaba una trayectoria, era el poste el que se encontraba en su camino, por lo tanto era el poste el que se había interpuesto, por lo tanto, era el poste el que iba al choque.
La ley de Brandolini dice que la energía necesaria para decir una estupidez es mucho menor que la que requiere desmontar mediante argumentos esa estupidez. Hay un aspecto que no cubre la ley de Brandolini y es en dónde está el estúpido diciendo su estupidez. Imaginemos a un antivacunas. Si el antivacunas va a un congreso de inmunólogos se mearían en su cara de risa. Pero, si el antivacunas da sus argumentos en un retiro de yoga... ahí cambia la cosa. Es tras la barra de bar donde el cuñado sabelotodo triunfa. Las tonterías del borracho tienen su púlpito en la taberna. Por ejemplo, ¿Debo discutir con un antivacunas en una taberna? sería un error. Quedaría como un payaso de cara blanca a merced del boicot del payaso augusto. Cuanto más seriote y más me enfade, más me voy a encasillar en ese personaje ridículo. No hay manera de ganar en semejante escenario.
--¿Móngolo? - ¿Qué?
Los payasos no aciertan la lotería
Uno de los sketches de los Payasos de la Tele consistía en que a los dos payasos, el augusto y contraaugusto se les aparecía un genio de la lámpara y les concedía un deseo. Ellos piden que les diga la combinación de la quiniela, que es una especie de lotería que hay en España en donde hay que adivinar de 14 partidos el resultado. Por ejemplo: Barcelona-Real Madrid. Si gana en casa el Barcelona es un 1, si empatan una X y si gana el visitante, el Madrid, un 2. Así con 14 partidos de esas semana. El genio les dice la combinación que va a ganar esa semana así que los payasos se van a comprar un boleto. Cuando lo están rellenando empiezan a cuestionar el resultado que les ha dado el genio. Al final rellenan lo que les da la gana y cuando llega el día resulta que no han ganado nada.
Era desesperante verlos modificar el resultado ganador que les había proporcionado el genio. Por otro lado, su criterio, en ese momento, era más importante que el supuesto criterio del genio. De eso se trata. Cuando la gente hace estupideces a veces las hace simplemente por tener una sensación de individualidad, de no dejarse avasallar. "Si hombres si, me va a mi a decir un genio que este partido es un 1..."
La ultraderecha se llena de payasos
Mucha gente de derechas se había dado cuenta de que Adolf Hitler no tenía buena educación comiendo, y que se peinaba y vestía como un chuloputas. No les daba buena espina su falta de buenas maneras y lo obsequiso que era. Estaban en lo cierto. En momentos de crisis, los antisistema se arrogan la legitimidad del que se burló en su momento del payaso carablanca. ¿Veis? -parecen decir- se creían muy listos e importantes y ahora mirad dónde estamos. Si el sistema entra en crisis entonces el antisistema está en lo correcto. El problema es pensar que el antisistema está en lo correcto. Ambos pueden estar equivocados. En caso de que todos carezcan de una solución, al menos, escoger al que no te mete en una guerra.
La ultraderecha, y la ultraizquierda, es decir, aquellas personas que están en la posesión de la verdad y que no entienden que hay personas que puede que piensen distinto a ellos, utilizan en los debates el Gish gallop: "Se hablará de todo excepto de lo que realmente está ocurriendo". El Gish gallop o ametralladora de falacias es una técnica de "debate" que se centra en abrumar al oponente con el mayor número de "argumentos" posible, sin tener en cuenta la exactitud o solidez de los mismos. El término fue acuñado por Eugenie Scott y recibe su nombre del creacionista Duane Gish, que utilizó esta técnica con frecuencia contra los defensores de la evolución. Fuente: Wikipedia. De esta manera, el ultra adopta el papel de payaso augusto, dejando en evidencia al payaso carablanca.
Conclusión
Sentimos simpatía por el payaso Fofó por que es lo opuesto al mandón Gaby. El payaso augusto es el favorito de los niños. Su estupidez siempre triunfa ante la obcecación del pasayo engreído carablanca. El augusto es el dominado. El carablanca es el dominante. Sentimos simpatía por el augusto porque como niños hemos sido augusto. Es fácil consolar al augusto por su fracaso. La prepotencia y arrogancia del carablanca es insoportable.
Ser augusto es una de las estrategias del dominado, primero para desquiciar al carablanca. Para ganar siendo sabido o vivo. Dejar quedar al "listo" en evidencia siempre es una estrategia ganadora. Y si se pierde, en realidad no pasa nada porque es parte de la personalidad adoptada. Es desquiciante entrar en esa dinámica. Ambos están saboteándose todo el tiempo. Por eso, acaban a bofetadas para diversión de los espectadores. Una dinámica perversa, un espejo concavo y convexo en donde vemos deformada grotescamente nuestra imagen. Me cago en Gaby, pero sobre todo, ¡Me cago en Fofó!
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