sábado, 19 de marzo de 2022

Como no podía ser de otra manera

Es una falacia común, pensar que las cosas no pueden ser de otra manera. Esto es habitual en personas criadas en sistemas basados en la jerarquía, no en la responsabilidad individual. El famoso "quien obedece no se equivoca". Por ejemplo, el simple hecho de tocar en la calle. Puede ser regulado de dos maneras: la ley de la gorra, es decir, si eres bueno te va a compensar tocar en la calle porque la gente te da muchas monedas o regulado en plan "la autoridad pertinente" autoriza... para lo cual hay que hacer un tribunal que autorice quien y quien no puede tocar en la calle. Si, algo completamente estúpido, pero pasó en Madrid, en 2013. Gobernaba una señora que llegó a Alcaldesa por que la puso allí su marido.

Apolítico, de derechas, como mi padre. La Escopeta Nacional

La cobardía es la madre de la crueldad

En 1951, después de la Segunda Guerra Mundial, un periodista estadounidense de origen judío, Milton Mayer, decidió trasladarse con su familia a una pequeña ciudad del Länder alemán de Hesse, de tradición conservadora. Quería conocer de primera mano a esos monstruos misteriosos que habían perdido la guerra dejando tras de sí una estela de atrocidad inimaginable. El resultado es el libro: 'Creían que eran libres. Los alemanes, 1933-1945'

En este artículo del periodista Juan Soto Ivars se hace una reseña de este libro

Por ejemplo, Milton Mayer dice que sus diez amigos nazis, con la excepción de uno o tal vez dos, eran padres correctos, vecinos responsables, trabajadores honrados, gente buena del montón... que todavía pensaba en 1951 que Hitler era lo mejor que le había pasado a Alemania, y que el problema fueron sus ministros. Nos dice también que, para la mayor parte de estas personas, el nazismo fue la mejor época de sus vidas. Además, les deja explicar por qué, y nos lo transmite.

Hay un dicho árabe que dice: "La cobardía es la madre de la crueldad". Creo que tanto el periodista Milton Mayer, como la filósofa judía Hanna Arendt que escribió el libro "La banalidad del mal" sobre el juicio a un jerarca nazi acusado y ejecutado en Israel por su responsabilidad en el holocausto. Las conclusiones de la autora fueron escandalosas en su época: Eichmann, que así se llamaba el asesino, no era un monstruo. Solo era un alemán medio que cumplía órdenes.

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