Si todos nos empeñamos en ser otro, acabamos siendo todos iguales. Ese otro es aquel que tiene éxito en la sociedad en la que se encuentre. La palabra encuentre es fundamental porque hace referencia a un espacio, a un lugar. Movernos de nuestro espacio es una manera de homogenizarnos, es decir, de perdernos en una masa homogenea. Movernos es también una manera de perder aquello que está ligado a ese espacio. Una manera de cagarla y al mismo tiempo de liberarte de ataduras.
El problema de ser todos iguales genera una pregunta urgente: ¿Por qué yo? La solución a este problema es uno de los ganchos que tiene los perverso-narcisistas para atrapar a los incautos. La respuesta que este tipo de personas dan a ¿Por qué yo? es "Por que tu eres el elegido". Un autentico bálsamo reparador de egos heridos.
La adolescencia, cuando abandonas la casa familiar, para incursionar en lo desconocido, te va dando una "retroalimentación" de como te ve la gente. Con el tiempo te vas dando cuenta de que esa retroalimentación es áltamente manipulable. Toda una industria, como lo es la de la cirugía estética, gimnasios y cualquiera de las distintas vidas que se ven en "Pantomima full" es un intento de proporcionar "individuación" a aquellos que en el fondo se sienten muy iguales y indiferenciados.
Algunos egos heridos necesitan de ese rayo que se abre paso entre las nubes y te ilumina a ti de entre una multitud que permanece en tinieblas: ¡Levántate, resplandece! ¡Tu luz ha llegado! ¡Ya la gloria del Señor brilla sobre ti! La tierra está cubierta de tinieblas, y una densa oscuridad envuelve a las naciones; pero sobre ti brilla el Señor, como la aurora; sobre ti se puede contemplar su gloria. Tu luz guiará los pasos de las naciones; los reyes se guiarán por el resplandor de tu aurora. Isaías 60:1-20 RVC
La tentación del éxito, la tiranía de hacer lo correcto, lo necesario para alcanzarlo, a la postre nos uniformiza. Es lo contrario a ese rayo celestial que nos señala coo los elegidos. Kafka convirtió al hijo modélico en una cucaracha. El amor que sentían la mayoría de sus allegados desapareció cuando sufrió la metamorfosis y se convirtió en un animal repulsivo. No todos sus familiares lo rechazaron al principio. Los de buen corazón, que en en el fondo es un corazón consecuente, lo fueron cuidando aunque con el tiempo ese cariño se convirtiese en una costra como la que cierra una herida. La piel se regenera pero ya no tiene la tersura de antes.
Es en ese momento cuando hay que ver la cicatriz, la costra, la herida, con otros ojos. Lo mismo que a los niños hay que explicarles que la flor seca no es fea sino que ha cumplido su cometido. Que había un proposito en esa fealdad aparente.
Cómo alcanzar la gloria cagándola mucho
Esa es la historia de Cervantes: una sucesión de errores y éxitos. La mayor contribución española al pensamiento universal vino de un tipo muy dudoso en todos los sentidos. A pesar de tener la biografía de un superviviente, Cervantes siempre estuvo preocupado de que la literatura tuviese un sentido moral. Odiaba la novela picaresca, que se inventó durante su generación. Le parecía horrible tener que alabar al al superviviente que sale adelante entre la corrupción y la ineficiencia españolas, es decir, le parecía horrible tener que hablar de él mismo.
Fracasar es una manera de ser un individuo. Las formas del fracaso son únicas y diversas. El éxito es la consecuencia de tener activos una serie de algoritmos. Esos algoritmos te convierten en alguien que no eres tu. Con éxito pero viviendo una vida que no es la tuya.
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