Estaba pensando en la boda de Aída y Guille. Y como tengo este esquema en la cabeza siento que debo de poner en contexto de qué tipo de interacción se trata. ¿Adivinas cuál? Se trata de la tercera, de la simbiosis, de una interacción de tipo mutualista. Un matrimonio es juntar dos colores en una mezcla. Ocurre cada vez que dos personas se casan. El matrimonio es una expansión clonal al revés. Tenemos a Aida y Guille. La generación que precede es la de Tito, Merchi, Toni, Montse. La que precede es la de Esteban, Isolina, Pepe, Celia, Antonio, Elena, Joan, Irene.
El resultado de esta unión son los hijos que son la combinación de estas dos ramas, la paterna y la materna.
Hay, en la generación de los abuelos, dos ramas gallegas, por la parte de Guille... Por la generación de los padres dos gallegos y dos catalanes. Si vienen los hijos serán catalanes. Catalanes mestizos porque tendrán que conocer su rama gallega para llegar a entender quién es su madre. Lo mismo ocurre con Estevo Xosé. Para conocerse tendrá que conocer su rama venezolana. Su madre tendrá que llegar a amar la cultura en la que Estevo Xosé se crie. No se puede entrar en conflicto con lo que es cada uno de nosotros.
¿Qué es una persona? nacemos y allí donde transcurre nuestra infancia se convierte en una patria a la que volvemos siempre. Si los padres son figuras de apego en el desarrollo de un niño, el lugar en el que uno nace y vive su infancia es la cuna de su alma inmortal, como dice Rubén Blades en una de sus canciones. Los que hemos vivido la experiencia de la inmigración sabemos que nunca volveremos a ser los que éramos. En ese sentido yo soy Galicia, soy Madrid, Ann Arbor y Ecuador.
Cuando me casé por primera vez, en la boda Aída dijo unas palabras. El fruto de esa boda fueron Flavia y Antón. Cuando me preguntaron ¿Qué eligirías 10 millones de dólares ahora mismo, en mano, o volver a tener 10 años con toda la experiencia que tienes ahora? No dudé en la respuesta: ¡Dame los 10 millones! No hay manera de que quisiera volver a tener 10 años con la experiencia que tengo ahora. Si eso ocurriese probablemente no haría ciertas cosas y probablemente Flavia y Antón no estuviesen con nosotros y eso es algo que no querría que sucediese. Mis hijos son lo que le dan sentido a mi vida. Lo demás lo puedes quitar, poner, cambiar... da un poco lo mismo. Juntar la rama paterna a la materna es una de las decisiones más importantes que se toman en la vida.
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