viernes, 20 de agosto de 2021

Subir en el escalafón

Las buchonas son mujeres que han pasado por el quirófano para hipersexualizar su cuerpo: mucho pecho, muchas nalgas y cintura estrecha. Lo hacen para poder tener más opciones de ser la mujer de un narco de alto nivel lo que le garantiza dinero, protección y un alto nivel de vida. Para ellos, tener a una buchona como amante les hace subir puntos en el escalafón frente a otros "machos"
En este artículo de la BBC analizan esta subcultura. Ellos arriesgan su vida para subir en el escalafón, ellas la arriesgan también en el quirófano. 

La exclusión sexual como medio de cohesión social

La mujer como botín y como símbolo de estatus es algo mucho más extendido de lo que parece a simple vista. En el mundo musulmán también existe este tipo de competencia sexual. Si eres un hombre exitoso puedes llegar a tener 4 esposas. Es el número de esposas el que determina tu éxito en la vida. En occidente muchas veces el éxito se traduce en número de coches, en tener o no avioneta, yate... ¿Qué ocurre cuando un hombre tiene cuatro mujeres? pues que si el ratio sexual es 1 mujer por cada hombre significa que habrá tres hombres con problemas para encontrar esposa. Este tipo de estructuras sociales tienen una presión selectiva que hace que la sociedad se cohesione, me explico, tienes que trabajar mucho para tener esposa. Tu capacidad se mide en el número de ellas. A la hora de escoger esposa es importante que sea de buena familia. Si hay un ladrón en una familia eso perjudica no solo a las mujeres sino también a los hombres de la familia. Es mucho más difícil encontrar esposa o esposo cuando uno de tus primos es un ladrón. ¿Qué efecto tiene esto sobre la sociedad? pues que si sabes que alguno de tus primos anda metido en cosas raras le caes a coñazos, no solo tu, sino también tus otros primos y primas. La familia como agente coercitivo. Como religión, el Islam no solo regula y manipula tu acceso al sexo sino que te promete 72 huríes de grandes ojos esperando a los mártires en la vida eterna.

¿Todo el mundo puede triunfar? ¿A qué coste?

En el catálogo de Netflix se pueden ver un montón de series sobre hombres y mujeres que han logrado el éxito. Son los héroes de un sistema capitalista hipercompetitivo. Personas que han tenido que tomar decisiones que la mayoría de nosotros ni por asomo nos atreveríamos a tomar. Esa capacidad para tomar riesgos y salir airoso de ellos es lo que fascina a las masas. Su éxito se ve acompañado por mansiones, amantes, viajes y caprichos caros. El mensaje es: todo el mundo puede triunfar. Lo cual es relativamente cierto. Si vives en Culiacán, Sinaloa, posiblemente solo siendo narco lo logres, en el caso de que seas varón, o como buchona amante de narcos, si eres mujer. 

 Las series tienen siempre el mismo patrón. Se ve como el protagonista desafía el sistema que lo condena a ser un mediocre a base de audacia y confianza en si mismo. Se atreve a hacer lo que los demás solo sueñan. Es algo que ya está en la literatura y en los cuentos populares. Es muy fácil sentir simpatía por esos ambiciosos y audaces. A medida que van medrando cada vez su actividad va exigiendo de ellos que vayan perfeccionando sus aptitudes para lo que se les exige. Hay un momento de caída por que nadie puede estar subiendo constantemente hacia la cumbre. Es ahí en donde el protagonista se enfrenta a lo indeterminado, a lo que no está escrito. Hay historias de redenciones o de caídas definitivas. El desenlace está dictado por el "Basado en hechos reales". 

¿Es inevitable que siempre haya una caída?

No necesariamente. El problema es que a la hora de hacer un relato la caída es un punto de inflexión, un conflicto. Si eres capaz de darte cuenta de cual es el algoritmo que necesitas aplicar para subir en el ambiente en el que vivas: narcotráfico, en un ambiente hospitalario, en una carrera académica, militar o eclesiástica... puedes llegar muy arriba. Pero ese éxito no sabes si se debe a ti o que has sido lo suficientemente hábil para darte cuenta de como funcionan las cosas y actuar en consecuencia. 

En la novela Rojo y Negro de Stendhal, el protagonista sube socialmente utilizando la sotana primero (negro) y el uniforme militar (rojo) después. El climax ocurre cuando hace una locura que contradice su manera prudente y calculadora de actuar. El autor intuye que es ahí en donde se revela la auténtica personalidad del protagonista. Su éxitos no eran él, simplemente conseguía aquello que era socialmente considerado éxito mediante una máscara. Siendo lo que los demás querían que fuese.

Crear la realidad que otros quieren ver como escalera hacia el éxito

En esta película de Spielberg se muestra como un chico que no sabe quien, es es capaz de conseguir lo increíble siendo solo lo que los demás quieren que él sea, aunque sea siendo un impostor. El protagonista (basado en una historia real) seduce a una enfermera que resulta ser una niña bien con un padre rico y con influencias. Un padre enamorado de la familia que ha logrado formar. Él, conoce a la familia de la chica, y en la cena se da cuenta de que puede representar el papel de yerno adorable que ese hombre rico tiene en mente. Representa ese papel y entrar a formar parte de esa famila. Una estrategia de parásito que te come desde dentro. 

Ciudadano Kane nos enseña que el éxito no es necesariamente el camino

El éxito social es un indicativo de que estás haciendo las cosas bien. El mundo a tu alrededor te aplaude. Si tu subes es porque lo vales, mientras tu subes los otros no lo hacen, señal de que estás haciendo lo correcto. Esta es una idea que permea toda la sociedad norteamericana. Es la ética protestante: si te va bien en la vida es porque eres buena persona. Todas estas personas, o personajes sobre los que hemos leído en esta entrada están convencido de que aquello que hacen es correcto porque todo el mundo a su alrededor lo está deseando. Los genios son aquellos que se dan cuenta de lo que la mayoría de nosotros somos incapaces. Incapaces porque cuando los que nos rodean creen algo de una manera sin fisuras es muy fácil que también nosotros acabemos viéndolo así.

Orson Welles rodó su primera película "Ciudadano Kane" para mostrar al mundo a un millonario exitoso como un hombre vacío. Lo mismo que en "Rojo y negro" o en "El gatopardo", la explicación está en la última parte. Al final de la película el protanonista de ciudadano Kane repite una palabra: "Rosebud". Se trataba de la marca del trineo con el que se deslizaba feliz y sin preocupaciones el día que sus padres fueron a buscarlo para enviarlo a una institución educativa que iba a abrirle muchas puertas en su camino, el camino que habían decidido sus padres por el, para convertirse en un millonario.

Las pobres buchonas, esas mujeres que no pueden dormir bocaabajo porque las protesis mamarias no se lo permiten, el musulmán trabajando de sol a sol para poder casarse, el protagonista de "Rojo y negro" teniendo que dejar a un lado su verdadera personalidad para concentrarse en subir y subir en el escalafón, el niño de "Catch me if you can" atrapado en tener éxito a base de proyectar lo que los demás querían que él fuese... Todos ellos justificando sus actos por el éxito que obtienen de ellos. Tiene que venir un genio, Orson Welles, a recordarnos que el éxito puede ser una trampa, a recordarnos que en lo indeterminado está lo que puede explicar el porqué de nuestra lucha vital. 

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