viernes, 30 de junio de 2023

Autobiografía San Ignacio de Loyola

Mi amigo Andrés Sepúlveda me regaló la "Autobiografía de San Ingnacio de Loyola". Un gran recomendación: Fuente

Cuenta San Ignacio en su libro: …Mas, dice el fraile, «¿de qué cosas de Dios habláis? que eso es lo que queríamos saber». «Hablamos, dice el peregrino, quándo de una virtud, quándo de otra, y esto alabando; quándo de un vicio, quándo de otro, y reprehendiendo». «Vosotros no sois letrados, dice el fraile, y habláis de virtudes y de vicios; y desto ninguno puede hablar sino en una de dos maneras: o por letras, o por el Espíritu santo. No por letras; ergo por Espíritu santo». Aquí estuvo el peregrino un poco sobre sí, no le pareciendo bien aquella manera de argumentar; y después de haber callado un poco, dijo que no era menester hablar más destas materias. Instando el fraile: «pues agora que hay tantos errores de Erasmo y de tantos otros, que han engañado al mundo ¿no queréis declarar lo que decís?». Y esto que es del Espíritu santo, es lo que queríamos saber. El peregrino dijo: «Padre, yo no diré más de lo que he dicho, si no fuese delante de mis superiores, que me pueden obligar a ello».
Fig. 1 Cuatro tipos de interacción, de arriba a abajo, competición, parasitismo, simbiosis y coacción

Según Jesús Alfaro, catedrático de derecho mercantil de la Universidad Autónoma de Madrid, el invento de las personas jurídicas, es decir de las corporaciones, es el mayor invento no tecnológico de la historia. Estoy completamente de acuerdo con él. En esta charla indica que las dos personalidades jurídicas españolas más importantes por su éxito a nivel mundial han sido la Compañía de los Padres Jesuítas y la Guardia Civil. 

San Ignacio, como creador de una persona jurídica, tenía conciencia de cómo se organiza una estrutura social. Su capacidad de liderazgo ya despuntaba lo que llamó la atención de un fraila dominico. En su época, los dominicos eran los encargados de los tribunales de la Santa Inquisición. Esta institución vigilaba con celo las desviaciones de la doctrina, y cualquiera que destacase entraba en su radar de vigilancia. San Ignacio detecta las intenciones del fraile cuando este le hace una pregunta trampa: si no es por letras es por el Espíritu Santo. La respuesta es genial porque hace piedra gris al fraile, que es lo que se aconseja en el trato con los manipuladores. En su contestación, si utilizamos la analogía de la figura 1, San Ignacio se rebaja a subordinado diciendo "no diré más de lo que he dicho, si no fuese delante de mis superiores". De esa manera, deja que sus superiores lo protejan y de paso, al mostrar obediencia rebaja el celo del fraile que lo que buscaba era líderes, personas que "galleen" que traten de destacar. Obviamente San Ignacio estaba llamado a destacar y a ocupar altares. El fraile no era tampoco tonto. Sin embargo, San Ignacio desactivó el ataque. El libro de la autobiografía es un librito, así que las peripecias del santo están muy resumidas. Esta anécdota mereció escapar del olvido, por eso figura en la autobiografía.

¿Qué nos enseña San Ignacio?

Nos enseña que la manera de proceder dentro de las organizaciones coercitivas es diferente a la manera en la que procedemos en las relaciones de tú a tú como pueden ser las competitivas, las parasíticas o las simbióticas. El fraile irrita al santo como el torero agita la muleta enfrente del toro con el único fin de que el santo envista. Si San Ignacio hubiese embestido la suerte final hubiese sido la muerte. Escapa de esa muerte jugando la carta del subordinado que calla hasta que sus superiores se lo ordenan. Es la única estrategia.



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