El libro, sin embargo, es profundamente anglocéntrico, y al serlo, miente. El éxito anglosajón de los últimos trescientos años se debe a la fortaleza de susLos países que prosperan son aquellos que tienen leyes estables e instituciones que se vigilan las unas a las otras para evitar abusos de poder instituciones, es cierto, pero al mismo tiempo que se hace este análisis no se puede meter debajo de la alfombra el colonialismo rapaz y genocida. Se calcula que 165 millones de Indios murieron bajo la administración colonial británica. Y como fuerza política, un influencia negativa en el mundo para su propio beneficio ha sido constante. Por ejemplo, Los 42 golpes de estado de Gran Bretaña desde 1945. El 90% de las naciones del mundo han estado bajo el dominio anglosajón. De sus vecinos europeos solo se salva Suecia y toda una ristra de pequeños países, como Luxemburgo, Montenegro, Andorra o Lietchtenstein.
España no se salva. Tropas inglesas y holandesas invadieron Gibraltar en 1.704 y solo 4 años después se harían con la isla de Menorca, en la Baleares.
También los territorios del imperio español, como Costa Rica, Ecuador, Cuba o El Salvador sufrieron ataques constantes de los corsarios británicos. Sus barcos tomaron Cuba en 1741 bajo el mando del almirante Edward Vernon. Desembarcaron en la Bahía de Guantánamo a la que renombraron como bahía de Cumberland. Veinte años más tarde , La Habana y una gran parte de la isla cayó bajo el yugo británico tras un sangriento asedio, para ser devuelto a los españoles en 1763, a cambio de Florida y Menorca, que volvería a formar parte del imperio.
Solo se salvan 22 ¡Y ni eso!
En concreto solo 22 de los 200 países que se estima que hay en el mundo se han librado de la invasión británica. Esto es lo que revela un estudio desenterrado por el diario británico «The Telegraph». Entre los países que no han soportado la incursión de la bota británica estan Guatemala, Tayikistán o las Islas Marshall. La mayoría lugares recónditos.
El análisis está contenido en un libro publicado por Stuart Laycock «Todos los Países que invadimos y nunca nos la devolvieron». En realidad, según el autor sólo una proporción relativamente pequeña de los estados invadidos formaron parte del imperio durante un año oficial. El resto han sido en momentos transitorios: «Ya sea por la fuerza, la amenaza de la fuerza, la negociación o pago». Las incursiones de los piratas ingleses, corsarios o exploradores armados han sido también incluidos en el listado.
Los países nunca invadidos por los británicos: Andorra; Bielorrusia; Bolivia; Burundi; República Centroafricana; Chad; Congo; República de Guatemala; Costa de Marfil; Kirguistán; Liechtenstein; Luxemburgo; Malí; Islas Marshall; Mónaco; Mongolia; Paraguay; Santo Tomé y Príncipe; Suecia; Tayikistán; Uzbekistán; Ciudad del Vaticano
Bolivia, Guatemala y Paraguay sufrieron en carne propia el imperialismo británico. Bolivia perdió el acceso al mar por la apetencia británica de los depósitos de guano de sus islas del Pacífico. Guatemala es el producto de la división de la República Centroamericana de Morazán instigada por la iglesia y apoyada por los británicos que continuando con el dicho romano "Divide y vencerás" prefirieron repúblicas bananeras a quienes manipular que un estado fuerte en centroamérica. Por último, Paraguay, fue destruída por una guerra, la de la Triple Alianza, porque las Reducciones Jesuíticas en el Paraguay competían con mejores telas con la industria textil británica.
Desarrollo de la máquina de vapor como idea de supremacía moral
El desarrollo tecnológico anglosajón se basa, como dicen los autores, en la existencia de instituciones independientes, es verdad, pero no debemos obviar que el desarrollo tecnológico depende de la financiación y ellos detentaban el poder económico en el momento en que esas tecnologías se desarrollaron. Por ejemplo, en el libro se glosa la aparición de la industria moderna basada en la máquina de vapor. Pues bien, fue Jerónimo de Ayanz: el español que inventó la máquina de vapor un siglo antes de la Revolución Industrial el que desarrolló la máquina. Los ingleses le dieron una aplicación revolucionaria. Con esto, lo que quiero decir, es que el talento está en todas partes. Es la financiación la que hace que una idea se pueda llevar a cabo. No hay una especie de supremacía moral en el hecho de que como nación ellos hayan podido desarrollar la máquina de vapor.
La supremacía moral es lo que sigue después de la conquista. Dos contendientes, una relación competitiva, un ganador y un perdedor será el desenlace esperado. ¿Qué ocurre después? que el ganador intentará demostrar que ha ganado por cierta supremacía moral. Ese es el primer paso para otro tipo de relación entre los dos contendientes y es la de una relación parasítica. En donde el ganador se garantiza vivir a expensas del cuerpo del perdedor no por la fuerza sino por una relación de dependencia.
En esta relación de dependencia, el ganador, ahora convertido en parásito, es capaz de crear una idea de superioridad moral que hace que sus necesidades sean más importantes que las necesidades del perdedor, ahora convertido en hospedador. En nuestras crisis financieras que estamos sufriendo de manera cíclica, en medio de toda la barahunta de voces de expertos, hay un mantra que no se cuestiona: los bancos no pueden caer.
Para las naciones sometidas a relaciones coloniales, una de las claves de su futuro éxito, es desentrañar este tipo de relaciones parasíticas que, junto con la existencia de élites locales rapaces y extractivistas, sangran sus recursos. Una vez que tanto el parásito, como su estrategia estén bien estudiadas el siguiente paso será erradicarlo.
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